domingo, 1 de abril de 2012

LOLLAPALOOZA

El festival Lollapalooza aumentó de estatura con Björk

Con imaginación, tecnología y riesgo, la artista islandesa dio por lejos el mejor show de toda la primera jornada del festival.



Hasta las 21.00 había sido un festival internacional de rock promedio. Pero el aterrizaje de Björk esta noche en Lollapalooza disparó ese festival en una dirección nueva y lo transformó en algo distinto, a mucha distancia de las convenciones de la música rock y pop que se dan en este tipo de espectáculos masivos.

La cantante islandesa cerró la primera jornada de esta segunda versión santiaguina de Lollapalooza con una suma de recursos tecnológicos, imaginación y vocación por el riesgo, combinados en el mejor show del día. No hubo concesiones, sino más bien una buena parte de canciones de su reciente disco Biophilia (2011), de modo que su concierto fue una invitación a conocer en vivo la propuesta actualizada de una de las artistas más creativas de su tiempo.

Ya su conformación en el escenario es un desafío, acompañada por dos músicos –uno a cargo de las bases y otro en la percusión– y por el coro de diecisiete mujeres a sus espaldas. Con esas herramientas, más el apoyo permanente de las proyecciones visuales en cinco pantallas simultáneas, Björk recreó en directo canciones de diversa data como "Hunter", "Hidden place" y "Crystalline", de sus discos Homogenic (1997), Vespertine (2001) y el mencionado Biophilia (2011). Y si hubo que remitirse más atrás, transformó por completo a "One day", una de las melodías de su recordado disco Debut (1993).

Recién hacia el tramo final del concierto el repertorio se volvió más bailable, con "Náttúra" y "Declare independence" guardadas para un cierre de alta intensidad. "Mi español es impecable", ironizó ella con un fuerte acento, pero el idioma no fue obstáculo para su comunicación con el público, y la mejor despedida fue el bonus track que salió a dar con "Army of me", el colosal impacto radial de su disco Post (1995). Sólo eso faltaba para completar la mejor oferta de toda la primera jornada: con imaginación, tecnología y riesgo, pero también con grandes éxitos, Björk subió la estatura de Lollapalooza con su concierto.

Mientras en el Perry Stage, Calvin Harris se encargó de encender a su público con una verdadera fiesta electrónica. Con un Arena casi lleno, el escocés no dejó de hacer bailar a sus fanáticos que a gritos le respondían cada vez que el DJ agarraba el micrófono para decir "Santiago de Chile".

Fueron miles los asistentes al show que obligó en un momento a la producción a cerrar las entradas principales haciendo que quienes querían ser parte de la fiesta accedieran por platea alta.

Sin mayores accidentes, salvo algunas personas con ataques de histeria tras el show de Arctic Monkeys, terminó la primera jornada de Lollapalooza 2012,

No hay comentarios:

Publicar un comentario